A veces, parece que el dolor sólo existe en aquellas personas que lo padecen. Es algo que se tiende a contemplar como ajeno, que pertenece a otros. Nadie quiere padecerlo ni tampoco verlo. El dolor se ausenta en los demás porque genera impotencia e incomodidad en el observador, lo que transforma este sentimiento en estigma. Porque el dolor, al igual que el sufrimiento, la muerte o el miedo, es algo que se teme. Siempre se ha temido. Pero la historia nos enseña que el dolor acaba estando presente en la biografía de todas las personas en algún momento de su vida y el malestar que produce nunca se acaba de olvidar, aunque se pueda ignorar.
Texto de; arimcallister
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